Increíblemente, los ratones prosperan a más de 6.700 metros sobre el nivel del mar.

La presencia de ratones momificados encontrados en las cumbres de los volcanes sudamericanos ha sugerido durante mucho tiempo que los roedores se alimentaban en picos superiores a los 6.000 metros. Resulta que los ratones viven actualmente en estas altitudes extremas. Estos nuevos hallazgos ponen en duda los límites previamente asumidos de la vida animal en tales altitudes.

Ratones momificados a más de 6.000 metros de altitud

Durante muchos años los científicos han descubierto ratones momificados en las cimas de los volcanes andinos. Estos descubrimientos despertaron curiosidad y plantearon interrogantes sobre los motivos de su presencia. Según una hipótesis, estos ratones estaban asociados con civilizaciones antiguas. especialmente los incasy puede haber sido utilizado en rituales religiosos o de sacrificio.

Otra idea fue que la presencia de estos roedores a tales altitudes era natural. Sin embargo, los investigadores no estaban seguros de cómo llegaron allí. La hipótesis más aceptada fue que estos animales vivían en altitudes más bajas y eran transportados a las cimas de los volcanes por corrientes de aire u otros medios. EL condiciones locales frías y secas entonces habría apoyado el proceso de momificación.

Luego, al fechar los ratones momificados, los investigadores finalmente descubrieron que incluso los especímenes más antiguos tenían sólo unos pocos siglos de antigüedad. Esta revelación excluye la hipótesis de su transporte por parte de los incas, ya que estos ratones momificados son mucho más jóvenes que esa civilización. Por tanto, esto significa que su aparición es probablemente de origen natural, lo que pone en duda la idea de que se utilizaran en rituales de sacrificio.

Luego, los investigadores centraron sus esfuerzos en comprender cómo vivían estos ratones en altitudes tan extremas, lo que llevó a descubrimientos sorprendentes sobre la capacidad de estos pequeños mamíferos para sobrevivir en condiciones hostiles en lo alto de las montañas.

Roedores a más de 6.700 metros

En 2013, un equipo de investigadores aisló la presencia de ratones vivos a una extraordinaria altitud de 100 m. 6.205 metros sobre el volcán Llullaillaco, está ubicada en la frontera entre Argentina y Chile, en la región andina. En aquel momento se trataba de un nuevo récord de altitud para la presencia de vertebrados. Este descubrimiento sacudió fundamentalmente los conocimientos existentes sobre los límites de la vida animal en las altas montañas.

Luego, en 2020, los investigadores regresaron al mismo volcán para continuar su trabajo. Esta vez lograron capturar aún más ratones (especies) vivos. Phyllotis vacarum)también en la cima del volcán, a una impresionante altura de 6.739 metros. Este nuevo descubrimiento había confirmado que estos pequeños mamíferos podían prosperar en altitudes que antes se consideraban completamente inhóspitas para los vertebrados.

Las altitudes extremas, como las que alcanzan estos ratones, se caracterizan por una falta de vegetación debido a las duras condiciones climáticas y por una concentración de oxígeno mucho menor que a nivel del mar. Esta última característica es particularmente importante porque la mayoría de los mamíferos no pueden sobrevivir en ambientes donde el oxígeno es tan escaso.

Un ratón andino de orejas de hoja, Phyllotis vaccarum, que vive a más de 6.000 metros. Marcial Quiroga-Carmona Créditos: JAY STORZ

Una especie bien adaptada

Así, estos ratones habrían desarrollado adaptaciones específicas para superar estos desafíos únicos.

En un trabajo reciente, un equipo comparó los genomas de estos ratones que viven por encima de los 6.000 metros con los de ratones que viven a menores altitudes. Aunque las diferencias genéticas son pequeñas, sugieren que este es el caso en ratones de grandes altitudes. más estrechamente vinculados entre sílo que refuerza la idea de que Se reproducen y viven en estas altitudes extremas.

Además, los investigadores explican que han identificado varias madrigueras de roedores a más de 6.000 metros de altitud, lo que confirma que estos ratones son residentes permanentes y no meros pasillos.

Sin embargo, sigue siendo un misterio cómo estos ratones obtienen alimento y se mantienen calientes para sobrevivir en estos ambientes fríos. Los investigadores esperan resolver estos misterios estudiando una colonia recién fundada en Chile.

Los detalles del estudio se publicarán en la revista. Ciencia.

Luis Aro

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