El Museo de Historia Marítima sigue los pasos de los personajes que crearon Burdeos

Eleanor y Balguerie-Stuttenberg

Después de la época romana, Leonor de Aquitania marca la entrada a la Ruta de los Museos. Nacida en Gironda, la futura Reina de Inglaterra creó el Código Marítimo para regular el comercio en el mar. Le siguió Michel de Montaigne, que firmó el contrato para la reconstrucción del faro de Cordouan en el estuario de Gironde, ahora Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Lafayette, porque en 1777 equipó el barco “La Victoire” para el continente americano desde Burdeos.

Se introducen otras figuras conocidas o más discretas. Pierre Balguerie-Stuttenberg, armador bordelés y comerciante de lino, vino y ultramarinos coloniales, iniciador de la asociación para la financiación del puente de piedra. Le Quellec, un bretón afincado en Burdeos, desarrolló el comercio de guano y nitrato de Chile. La familia Denis comerciaba con arroz de Saigón. Armand-Louis Ballande, hijo de un comerciante de telas, hizo rentable su comercio de mercancías con Nueva Caledonia, que su hijo André desarrolló con el níquel. Les Bordes, una familia de armadores bordeleses, hizo construir en Burdeos los primeros cinco mástiles para transportar guano, carbón, cobre o nitratos a puertos europeos.


El modelo de un astillero es particularmente preciso.

Stephane Lartigue/ “SUR OESTE”

Viaje

El Museo de Historia Marítima de Burdeos destaca el papel de Alexandre Le Dantec, quien estableció la Cátedra de Medicina Tropical en 1891 y fundó Naval Health. Justo antes de la era de la marina de vapor, Lucien Arman fundó Chantiers de l’Océan, que fabricaba los clípers de Bordeaux, considerados por los ingleses como los barcos más rápidos del mundo. Luego construyó los primeros acorazados. Las colmenillas y los bailes prosperaron gracias al comercio de cacahuetes con Gambia y Senegal, y gracias a las almazaras instaladas en Burdeos.

El museo presenta la parte importante de los astilleros de Burdeos, ya que jugaron un papel importante en la marina mercante y la armada a nivel nacional e internacional. Aquí también juega un papel importante el puerto bacalaero, en definitiva los secaderos más que las flotas bacaladeras. El puerto de Burdeos, concretamente en el siglo XVIIImi En el siglo XIX floreció el comercio de especias, pimienta, clavo, canela, jengibre, cacao y café, especialmente con Santo Domingo.

Esperanza Pardo

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