Sus “vacaciones prioritarias privadas” le han abierto nuevas perspectivas, dice.

Hacía seis años que no regresaba a Chile. Entre enero y marzo de 2023, Bonnie Bonnecarrère, de 30 años, pudo viajar al país de donde es parte de su familia y donde vive su hermana gracias a un “permiso de prioridad personal” de tres meses. Su empleador, Accenture, lo ofrece a los empleados con más de cinco años de servicio desde 2021, independientemente de su puesto. No hace falta especificar el tipo de proyecto para tomarse ese largo descanso y pagar la mitad de su salario. Bonnie Bonnecarrère, de siete años, aprovechó la oportunidad. “Habría tenido problemas al principio de mi carrera para tomar un año sabático no remunerado. La toma financiera hubiera sido complicada”, enfatiza.

Ayuda Humanitaria, Familia y Turismo: Este es el tríptico que subyace al proyecto “Road Trip” de Bonnie. Comienza con una asignación voluntaria de cuatro semanas en una finca familiar de cacao en Costa Rica. Luego viaja a Chile por un mes para reconectarse con sus raíces antes de dedicar el último tercio de su viaje a México. Continúa con una semana de buceo, explora Yucatán y finaliza su viaje con unos días en Nueva York. ¿Qué se llevó la joven de su tiempo libre personal? “Me sacó de una especie de rutina, me dio nueva energía, pero también me abrió nuevas perspectivas. Como experto en asesoramiento, desea recoger ideas o métodos de diferentes contextos culturales para aplicarlos a la vida profesional, explica. ¡Y si luego viviste en una granja sin agua caliente durante un mes, pusiste todos los pequeños problemas en perspectiva!” En buenos términos…

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Augusto Bojorquez

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