“No tengas miedo de que la juventud cambie este país (…) Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también lo será su tumba”., proclamó Gabriel Boric, de 35 años, en julio, justo cuando sorprendió al ganar las primarias de izquierda (su coalición abarca desde el Partido Comunista hasta sensibilidades de centroizquierda). Cinco meses después, se prepara para una segunda vuelta históricamente polarizada y con resultado incierto el domingo 19 de diciembre contra el candidato ultraderechista José Antonio Kast, de 55 años. Gabriel Boric es el candidato presidencial más joven y el mascarón de proa de la joven izquierda chilena.
Treinta como él, diputados o alcaldes de las grandes ciudades, por lo que son numerosos para integrar la numerosa familia política del candidato y formar la lista potencial de ministros y secretarios de su gobierno en caso de resultar electo. Sobre todo, encarnan la profunda renovación generacional de la izquierda chilena que se viene dando desde hace una década.
Invierno australiano de 2011. El país se ve sacudido por las manifestaciones más importantes desde el retorno a la democracia en 1990. Estos son vigilados por organizaciones estudiantiles, atónitos por el endeudamiento que provocan los cursos académicos, incluso en las universidades públicas. Este sistema altamente privatizado, que se extiende a otros sectores de la sociedad, fue implantado bajo la dictadura de Pinochet (1973-1990) antes de quedar grabado en piedra con la constitución de 1980. Distintas universidades de diferentes corrientes políticas de izquierda, líderes emblemáticos exigen educación gratuita , se mantienen firmes detrás de los megáfonos, frente a las cámaras: Gabriel Boric (Izquierda Autónoma), Camila Vallejo (Partido Comunista), Giorgio Jackson (se funda a raíz del Movimiento Revolucionario Democrático).
Agotamiento de las fiestas tradicionales
En 2014, tres años después del levantamiento, irrumpieron en la Cámara de Diputados. Ni siquiera tienes 30 años. “Para ellos la lucha va más allá de la educación, ya es un modelo alternativo de sociedad que defienden entrando en política”.señala Carlos Durán, sociólogo de la Universidad Católica Silva Henríquez, quien se sumó al equipo estratégico de Gabriel Boric.
El camino del pequeño grupo de veinteañeros es único: escaparon de la estructura de centro-izquierda/derecha que ha estado en el centro de la vida política desde la década de 1990. Las elecciones presidenciales de hoy confirman este agotamiento paulatino de los partidos tradicionales, cuyas dos fuerzas están ausentes por primera vez. “Cuando entras al Congreso rompes con un Chile muy institucionalizado y conservador”, señala Claudio Fuentes, sociólogo de la Universidad Diego Portales. La afrenta suprema: te abstienes de llevar corbata. Gabriel Boric se sienta alternativamente, con el pelo largo o rapado hacia un lado. En semicírculo, se distancian de las expresiones faciales, a veces grandilocuentes, de los mayores.
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