Tienen un pelaje increíblemente suave, ojos grandes con forma de cuentas y posan tan pronto como saben que les están tomando una foto. Si visitas la granja Altiplano, en el pequeño pueblo de Courcelles, en Saintois, soñarías con irte con una de estas alpacas criadas localmente: una especie de peluche gigante, de patas cortas y nada tímido. Una especie particularmente “exótica” ya que es originaria de Chile, a 11.000 km de Francia.
Esta crianza nació de la voluntad de un solo hombre, Michaël Mathieu. Cuando visitó la feria agrícola de París en 1989 con sus compañeros de la escuela secundaria agrícola de Mirecourt, anunció ampliamente al pasar por el recinto de llamas y alpacas que algún día criaría estos animales. Sólo tenía una palabra. Cinco años más tarde, un macho de alpaca y diez hembras llegaron en avión desde Chile para instalarse en la finca familiar de Courcelles y mezclarse con los animales locales, incluidas las vacas que ya estaban en la finca y permanecen allí. Hoy hay 220 lecheras.
Con el tiempo, las alpacas de Courcelles se han reproducido con un nacimiento al año por hembra. Actualmente son unos cuarenta y están a cargo de toda la familia Mathieu. De hecho, el padre Michaël transmitió el virus a su compañera Christelle y luego a sus dos hijos, Quentin y Allan. Estos animales se han convertido también en las mascotas del pueblo, ya que contribuyen a su notoriedad en toda Francia. Un rebaño criado no por su carne ni por su leche, sino por su reproducción y por su finísima lana -siete pelos de alpaca tan gruesos como un cabello humano- que tiene importantes propiedades térmicas. El material protege del frío en invierno y también de la lluvia y el calor en verano evitando la formación de sudor. Es modificado por las mujeres de la familia que tejen y hacen crochet bufandas, gorros, etc. Venta in situ en la sala de recepción de grupos. Dado que esta finca no es sólo una propiedad familiar privada, está abierta a los curiosos. Christelle Mathieu organiza tardes para organizar visitas y meriendas “de casa” – el próximo encuentro tendrá lugar el 23 de agosto con reserva previa. El ganadero también abre las puertas de la granja durante todo el año con cita previa a grupos, particulares y visitantes discapacitados. – El sitio cuenta con el sello “Turismo y Discapacidad” desde hace 25 años –y para escuelas, porque la Finca Altiplano cuenta con el reconocimiento de Educación Nacional como “finca educativa” desde hace 26 años. Baste decir que ha recorrido un largo camino desde la llegada de sus primeros pupilos.
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