¿Qué Chile después de la victoria de Boric?

Tras la histórica victoria de Gabriel Boric, el candidato de la “nueva” izquierda chilena, Pierre Lebret saluda esta victoria y destaca las -inmensas- expectativas que ha suscitado esta elección.

En primer lugar, es un alivio. Es entonces la conciencia de una cesura histórica. Por fin es un rayo de esperanza.

Incluso los nuevos gobernantes no esperaban llegar al poder tan rápido. Este ascenso meteórico es una oleada de juventud y feminismo, y con él, optimismo. Una presidenta del movimiento estudiantil de hace apenas diez años asumió y quiere cambiar el país con un gobierno mayoritario de mujeres.

Tras un mandato ultraconservador de Sebastián Piñera, a quien el diputado por la coalición de nueva izquierda Gonzalo Winter definió como “antipopular” en un acto en el Museo de la Memoria de Santiago el 10 de marzo, aquí cerró el Palacio el presidente más joven de la historia. de La Moneda ingreso. Saluda a la multitud y solemne y honrosamente rinde homenaje a Salvador Allende. En su primer discurso, celebrado por amplia mayoría, no desmintió la labor de estos antecesores, ganando protagonismo y sorprendiendo a la concurrencia con sinceridad y emoción. El 11 de marzo de 2022 asumió como Presidente Gabriel Boric, estudiante de la Región de Magallanes. Lo hace sin olvidar sus orígenes, sin olvidar la importancia de sus orígenes, su educación y sus compromisos. Sin olvidar la conexión que ha cultivado con el pueblo chileno durante años y que debe conservarse para los meses y años venideros. Escuchar, construir juntos y cultivar esa conexión con el pueblo, para que el poder popular sea percibido como un aliado fundamental en la defensa de las reformas anunciadas.

Las prioridades de este gobierno feminista son múltiples, entre ellas la recuperación económica, el empleo femenino -que se ha visto severamente impactado durante la pandemia-, la crisis migratoria, la crisis climática, la reforma policial y retomar el diálogo en la región de la Araucanía-Wallmapu para poner fin a la Fuerza plurianual. Pero más allá de las emergencias, la gente quiere reformas profundas y estructurales para una mayor justicia social.

Chile ha entrado en una nueva transición, la transición de una sociedad asfixiada por el neoliberalismo a una sociedad más igualitaria y justa. De hecho, han pasado más de dos años desde que estalló la revuelta social y es hora de derrocar el rumbo neoliberal instituido hace 49 años. Pero todo indica que este cambio se caracterizará por un cierto pragmatismo.

El nombramiento del ministro de Hacienda, Mario Marcel, es prueba de ello: sí es una figura conocida por su voluntad de que la política fiscal sea más austera que expansiva. Si eso tranquiliza a los mercados ya la derecha, hará temblar a algunos miembros de la nueva coalición y presagiará el comienzo de tensiones en esta incipiente coalición en el poder. La clase trabajadora también está esperando asistencia social urgente después de que el estado se desconectara durante la crisis de salud.

Los cambios estructurales irán de la mano con la Convención Constituyente en particular. El gobierno de Gabriel Boric debe ser capaz de facilitar y apoyar el trabajo de esta Convención Conjunta, que a menudo es criticada por los medios de comunicación, el sector privado y figuras políticas, principalmente de partidos políticos conservadores. La Convención Constituyente debe presentar la propuesta de texto el 4 de julio. Este texto constituyente debía ser votado en referéndum en septiembre de 2022 y representa una oportunidad para enterrar de una vez por todas la constitución de Pinochet. Según encuestas recientes, la opción ” Apruebo (“Estoy de acuerdo”) saldría a la cabeza con un 44 %, y el ” rechazo (Me niego) obtendría el 37% de los votos. Es inminente el tránsito de la era neoliberal, en la que cada cual era su regla, a un país en el que las palabras “colectivo” e “igualdad” pueden ser el origen de una nueva reorganización de la sociedad chilena.

No es la primera vez que este poético país andino despierta la esperanza. Prestemos atención al futuro de este país latinoamericano. Abramos bien los ojos y los oídos y miremos a otros países que van más allá de los intereses puramente comerciales y económicos. Dejémonos sorprender por el sur, que muchas veces señala el camino de la oportunidad.

Augusto Bojorquez

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