por Alberto Galvi –
La reciente crisis política en Samoa ha llamado la atención de las principales potencias. La crisis comenzó el 9 de abril, cuando el partido FAST (Fa’atuatua i le Atua Samoa ua Tasi) de Fiame y el HRPP (Partido de Protección de los Derechos Humanos) de Tuila’epa obtuvieron 25 escaños cada uno.
Después de algunas disputas políticas, la Comisión Electoral de Samoa dictaminó que su constitución requería que al menos el 10 por ciento de los escaños fueran ocupados por mujeres, pero esta ley nunca se respetó. Luego se promovió un candidato independiente, Tuala Losso Ponifasio, quien se puso del lado de FAST el 21 de abril y le dio al partido una mayoría estrecha, una hazaña histórica que puso fin a cuatro décadas de poder del HRPP en Samoa sat.
Sin embargo, el 4 de mayo de 2021, el jefe de estado de Tuimaleali’fano, Va’aletoa Sualauvi II, declaró terminadas las elecciones del 9 de abril. La primera ministra Tuila’epa destituyó al Parlamento y ordenó nuevas elecciones para el 21 de mayo de 2021, mientras que la líder de FAST, Fiame Naomi Mata’afa, fue expulsada del Parlamento el 24 de mayo, día en que asumió el cargo de Primera Ministra.
Mata’afa prestó juramento durante una ceremonia improvisada en una carpa en el césped frente al Parlamento ese mismo día, creando una situación en la que dos líderes políticos reclaman simultáneamente ser el primer ministro legítimo de Samoa. La disputa habría continuado si el Tribunal de Apelación no hubiera declarado constitucionalmente válido y vinculante el juramento de Fiame.
La victoria electoral del partido FAST y su líder Fiame ha transformado la política exterior de Samoa hacia las potencias extranjeras, en particular China. La presencia e influencia de China en Samoa fue una gran controversia durante las elecciones generales de 2021, en medio de preocupaciones sobre el papel de Beijing, que posee más del 40 por ciento de la deuda externa de Samoa.
En política exterior, el primer ministro Tuilaepa Sailele Malielegaoi siempre ha estado con Beijing, mientras que otras fuerzas políticas de Samoa tienen la intención de prohibir la migración china y reiteran que la nación isleña corre el riesgo de perder su soberanía si no recibe alrededor de una sexta parte de los 200.000 residentes del país que cambian de rumbo. de la nación isleña son de ascendencia mixta samoana y china.
En los últimos años, EE. UU. y sus aliados, como el Reino Unido, Francia, Australia, Nueva Zelanda, India y Japón, también han expresado públicamente su preocupación por la presencia e influencia de China en Samoa y la gran región del Indo-Pacífico, citando actividades chinas como la pesca, la construcción de infraestructura posiblemente con fines militares. Por estas razones, EE. UU. se involucra con el gobierno de Samoa en temas como la seguridad regional y la aplicación del derecho internacional.
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