Este miércoles 17 de noviembre, bajo los pliegos del salón de plenos donde se realiza la Asamblea Constituyente, se hace un insólito silencio al interior del ex Congreso de Santiago: sus 155 funcionarios electos están presentes para informar a los vecinos de su distrito los avances en su trabajo – una actividad obligatoria dentro de su mandato. La existencia de esta reunión no tiene precedentes. Y, mucho más que elegir al próximo presidente, sus decisiones podrían moldear la vida de Chile en las próximas décadas: debe desarrollar la nueva constitución del país, un cambio favorecido por el 78% de los votantes durante un referéndum en Chile en el mes de octubre de 2020, antes la elección de los editores de este nuevo texto en mayo de 2021.
Este es el principal logro del histórico movimiento social de 2019: en las calles, los chilenos habían pedido el entierro de la actual constitución, adoptada en plena dictadura (1973-1990), acusada de haber grabado en piedra los cimientos neoliberales. del país “A pesar de la fragmentación de su composición, la asamblea logró aprobar su reglamento dentro del plazo señalado, en tres meses esto es un éxito”, señala la politóloga Pamela Figueroa, integrante del Observatorio de la Nueva Constitución, un grupo de académicos que analiza los mecanismos de la Asamblea y los asesora a nivel técnico. En particular, los reglamentos adoptados estipulan una mayoría de dos tercios para la adopción de los textos, instando a los constituyentes a negociar y transigir.
Otro eje fuerte del marco que ha marcado para su trabajo de 12 meses, que inició oficialmente en julio: la participación ciudadana con reuniones presenciales, audiencias públicas de la sociedad civil, la posibilidad de que los chilenos recolecten firmas para el estudio de propuestas concretas. “Es fundamental porque condiciona su legitimidad pero también la participación en el referéndum para adoptar el texto, probablemente alrededor de septiembre de 2022”., anticipa Tomás Jordán, politólogo y abogado, también miembro del Observatorio de la Nueva Constitución.
“Lógica de partido de izquierda-derecha”
La elaboración del borrador en torno a comisiones temáticas arrancó el 18 de octubre, fecha simbólica que marca el segundo aniversario del movimiento social 2019. Sin embargo, el contenido general del texto final no genera la tensión a la que abiertamente se inclina la asamblea: debe consagrar nuevos derechos sociales -acceso a la salud, a la educación, a un sistema de pensiones, todo público y de calidad-, pero también la descentralización de la poder, la protección del medio ambiente, el reconocimiento de la población local.
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