Chile se prepara para escribir un nuevo capítulo en su historia. Aplazada al 15 y 16 de mayo por la crisis sanitaria, la triple asamblea electoral (constituyente, municipal y local) permitirá en particular a los chilenos designar a los integrantes de la Constituyente encargados de trazar la nueva hoja de ruta fuera del país.
En octubre pasado, el logro clave del histórico movimiento social contra la desigualdad que estalló en octubre de 2019, y fue detenido en las calles por la pandemia, los chilenos votaron ampliamente en un referéndum para reescribir su constitución.
Lo más importante, heredero de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), este sentó las bases de un estado liberal odiado por los manifestantes. Los chilenos también decidieron en octubre pasado encomendar la redacción de la nueva “Carta Magna” a una asamblea de ciudadanos y no a una asamblea mixta integrada también por diputados. Son las personas encargadas de esta misión las que serán elegidas este fin de semana.
Incluir el estado de bienestar en la constitución
“El desafío es incorporar el estado de bienestar a la constitución, con la garantía de una educación o incluso de una salud pública, igualitaria y de calidad”, señala Susana Riquelme, politóloga de la Universidad del Bío-Bío (Concepción, centro del país). ). El mismo problema se refiere al acceso a pensiones oa una vivienda digna. Si estas demandas son tradicionalmente de izquierda, una mayor presencia estatal consagrada en la constitución hace que su compromiso sea transversal.
Fenómeno sin precedentes: será la primera constitución en el mundo redactada por una asamblea totalmente paritaria, una regla promulgada por el ahora arraigado movimiento feminista chileno. Si bien los conflictos sobre los derechos y el lugar de los pueblos indígenas sacuden regularmente al país, 17 de los 155 escaños de la asamblea están reservados para candidatos de estas comunidades.
Gran desconfianza hacia la clase política
“Estas dos reglas han producido caras nuevas: por primera vez hemos oído hablar de candidatos que realizan una campaña nacional en un idioma aborigen y nunca habíamos visto tantas candidatas. También llama la atención la cantidad de candidatos fuera de los partidos tradicionales y muestra el renovado interés por la política”, observa Susana Riquelme, mientras que el movimiento social, que no es utilizado por los partidos de oposición, marca la profunda desconfianza de los chilenos hacia la clase política. .
Muchos candidatos independientes, una izquierda atomizada, una derecha reunida en una sola coalición: el equilibrio de poder que surgirá de la elección será monitoreado de cerca, especialmente porque se requiere una mayoría de dos tercios para la aprobación de los artículos constitucionales. La asamblea tiene entonces nueve meses, prorrogables por tres meses, para redactar el nuevo texto, que luego debe ser aprobado en referéndum. Este intenso proceso electoral también estará marcado por otro voto crucial, el de las elecciones presidenciales de noviembre de 2021.
Flora Rodillas, con AD (- Corresponsal en Buenos Aires)
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