El presidente de 77 años, quien se encuentra en Argentina para la primera salida internacional de su tercer mandato, asistirá a la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que reúne a 33 países de la región (sin incluir Estados Unidos y Canadá).
Lula fue uno de los fundadores de la Celac al final de su primer mandato (2003-2010), durante la primera “ola rosa” del continente, durante la primera década del siglo. Y ahora Brasil está recuperando el cuerpo del que lo liberó su predecesor de extrema derecha, Jair Bolsonaro, en 2020.
Una nueva ola de gobiernos de izquierda o de centroizquierda desde 2018 (México, luego Argentina, Honduras, Chile, Colombia, Brasil) serán odas a la “Nuevo Clima en América Latina”recibido por el país anfitrión esta semana.
Como foro de consulta y cooperación, la CELAC no es un mecanismo de integración regional con opiniones vinculantes. Y para toda la importancia, Alberto Fernández y Lula von subrayaron el lunes “La Necesidad de Integrar América Latina”la voz de la Celac lucha por unirse o por salir adelante en las crisis regionales que se suceden siguiendo el ejemplo del Perú.
“América Latina está en bancarrota desde el punto de vista institucional (…) no ha logrado integrarse colectivamente al mundo”Diagnóstico para AFP Ignacio Bartesaghi, Experto en Relaciones Internacionales e Integración Regional de la Universidad Católica del Uruguay.
Al menos la Celac “queda un vasto y heterogéneo espacio de países latinoamericanos del cual derivar agendas mínimas o intereses comunes para la región”coincide Bernabé Malacalza, investigador de relaciones internacionales del Centro Nacional de Investigaciones Conicet de Argentina.
Heterogéneo, ciertamente. la polarización ayuda “En América Latina no existe ni siquiera un consenso básico como la diferencia entre una democracia y una dictadura” subraya el señor Bartesaghi.
“Hay (en la Celac) presidentes que ni se reconocen”, El lo nota. Como el paraguayo Mario Abdo Benítez (conservador), cuyo país rompió relaciones diplomáticas con la Venezuela de Nicolás Maduro en 2019. Lula, por su parte, prometió reabrir las embajadas.
América Latina y más allá
Maduro desistió de ir a Buenos Aires en el último momento, citando “riesgo de agresión”salió “La derecha neofascista”. Quizás una referencia a los políticos de la oposición argentina (de derecha) que denunciaron la llegada de “dictadores” y pidieron al poder judicial que arrestara a Maduro a su llegada.
heterogéneo e incompleto. Con notables ausentes en Buenos Aires, como Andrés Manuel López Obrador, el presidente de izquierda al frente de México, la segunda economía más grande de América Latina, será sede de la última cumbre de la Celac en 2021.
Sin embargo, la CELAC sigue siendo el interlocutor elegido por China o la UE para negociar agendas de cooperación con la región. Aunque de nuevo… “La imposibilidad de realizar una cumbre UE Celac desde la última en 2015 (en Bruselas) muestra (…) la falta de un diálogo político birregional sólido”reflexiona el Sr. Malacalza.
En ese sentido, el regreso de Lula podría dar un impulso a ciertos temas subregionales, como el tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), concluido en 2019 pero nunca ratificado desde, en particular a las preocupaciones sobre las políticas ambientales de Bolsonaro. El campo de Lula ha señalado su voluntad de reanudar los contactos.
“¡Reconstruiremos Mercosur!” Lula comenzó el lunes por la noche en referencia a esta unión aduanera, que se ha roto en los últimos meses a causa de un tratado de libre comercio con China. “¡Recrearemos Unasur!” continuó, refiriéndose a la agonizante Unión de Naciones Suramericanas formada en 2008 por iniciativa suya y la del venezolano Hugo Chávez.
El hecho es que el jefe de la diplomacia brasileña más allá del barrio, que debía dar prioridad a Lula, recordó este fin de semana que con el objetivo “Para construir puentes”tiene Latinoamérica para Brasilia “el mismo nivel de importancia y prioridad” que Estados Unidos, China y Europa. Próximos viajes en la agenda de Lula: Washington el 10 de febrero y China “después de marzo”.