– Turquía: Lo más probable es que Erdogan se vea obligado a pasar por una segunda vuelta, pero la victoria en las elecciones presidenciales no debería escaparle. Lástima que su política autoritaria del 51 por ciento en el resto del país siga vigente y es probable que la economía continúe colapsando. Bueno, es mejor para los 3 millones de refugiados sirios porque si Erdogan lleva tiempo hablando de devolverlos al país, Kiliçdaroglu le había prometido expulsarlos.
Por otro lado, el AKP continúa su declive en las elecciones generales y dependerá más que nunca de su aliado de extrema derecha, el MHP.

– Tailandia: Duro golpe a los generales golpistas que estaban en el poder en las elecciones parlamentarias y cuyos partidos sólo terminaron 4º y 5º. Bajo la influencia de un nuevo partido que salió a la luz (surgido de los restos de un partido prodemocrático fundado en 2018 y disuelto por la junta militar en 2019), se estaba formando una coalición con otros partidos de oposición (incluidos). el partido Shinawatra, que ocupó el segundo lugar) para obtener la mayoría en la Asamblea Nacional.
La preocupación es que la elección del primer ministro requerirá una mayoría de la asamblea y el senado, un senado de 250 designados por la junta militar. Pero la coalición no tiene esta mayoría.
Presta atención a lo que puede pasar. O el ejército acepta el resultado de las elecciones y deja gobernar a la coalición, o bloquea las instituciones.