“Buenos días”: En español y en tono jocoso, Valdis Dombrovskis recibió este viernes en la sede de la Comisión Europea a la canciller chilena, Antonia Urrejola. El vicepresidente ejecutivo letón del ejecutivo europeo, bastante reservado, se mostró visiblemente complacido de anunciar la conclusión de un nuevo acuerdo marco comercial entre la UE y Chile, la quinta economía más grande de América Latina. Es una modernización de un texto anterior que tiene veinte años. Se firmará oficialmente el próximo año.

Esta nueva alianza ha sido muy esperada ya que forma parte de la estrategia europea para diversificar el suministro de materias primas como el litio, clave para la transición a la movilidad eléctrica. Un elemento clave de la famosa “soberanía europea” que Emmanuel Macron quiere recuperar. Tampoco es baladí que a la rueda de prensa asistiera el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. “Este acuerdo va mucho más allá de la dimensión puramente comercial”, dijo el Alto Representante.

Acuerdo de próxima generación

El texto presentado este viernes responde también a los nuevos criterios que la Unión ha fijado para sus relaciones comerciales en materia de respeto al medio ambiente, los derechos humanos y las condiciones de trabajo. El reciente acuerdo firmado con Nueva Zelanda en junio fue el primero de esta generación.

Con esta nueva asociación, casi la totalidad (99,9%) de las exportaciones de la UE a Chile estarán libres de impuestos y Europa se beneficiará de un mejor acceso a materias primas y combustibles limpios como el litio, el cobre y el hidrógeno.

Las empresas de servicios europeas también están obteniendo un mejor acceso a sectores como el de suministros, telecomunicaciones, transporte marítimo y servicios financieros. Los inversionistas de la UE en Chile tienen garantizado el mismo trato que los inversionistas chilenos, particularmente en el sector de energía y materias primas y viceversa.

Negociaciones con México

Ambas partes también han decidido abrir sus mercados públicos. Se dedica un capítulo completo a las pequeñas y medianas empresas para garantizar que se beneficien plenamente de las nuevas regulaciones, incluso a través del soporte técnico y la reducción de los trámites burocráticos.

La UE y Chile firmaron un Acuerdo de Asociación en 2002, que incluye un acuerdo comercial integral que entró en vigor en febrero de 2003. El comercio entre las dos partes aumentó un 163% entre 2002 y 2021. Las exportaciones de mercancías de la UE a Chile aumentaron un 284 %. En el mismo período.

Una vez firmado, el texto es examinado por los Estados miembros y el Parlamento Europeo. Su parte política también debe ser validada por los parlamentos de los 27 estados miembros. La Comisión también está en proceso de finalizar un acuerdo similar con México. La elección de Lula como presidente de Brasil en octubre reavivó las discusiones sobre el acuerdo Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), que quedó congelado durante la presidencia de Jair Bolsonaro debido a sus desastrosas políticas ambientales, particularmente en la Amazonía.