Hace exactamente un año, 1,2 millones de personas salieron a las calles de Chile para manifestarse contra la desigualdad social después de que el transporte público en Santiago aumentara en 30 pesos (0,03 euros). La gota que colmó el vaso social y político en el país de la OCDE con el segundo nivel más alto de desigualdad. Desde hace quince años, un sector de la población cuestiona el modelo económico neoliberal de la época de Pinochet, que llevó a la privatización parcial o total de la educación, la salud y las pensiones. Un sistema que ha endeudado a la población y ha hecho más precaria a la clase media.
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Más de 14 millones de votantes fueron convocados este domingo para la elección más importante desde el fin de la dictadura en 1990. Alrededor del 50 por ciento de ellos participaron. El referéndum, organizado por la coalición de derecha que está en el poder desde 2017, planteó una primera pregunta: “¿Quieres una nueva constitución?”. Según los resultados casi finales (99% de las mesas electorales), el “Sí” gana ampliamente con el 78,28% de los votos frente al 21,72% del “No”. La marea constitucional de la era de Pinochet está cambiando.
Asamblea Constituyente
También se ha pedido a los chilenos que indiquen qué tipo de asamblea será la encargada de redactar el nuevo texto: una convención mixta (integrada a la mitad por parlamentarios ya en ejercicio) o una asamblea constituyente compuesta en su totalidad por ciudadanos especiales integrados por elegidos para la ocasión. Esta última opción obtuvo la mayoría de los votos.
Tras el anuncio de los resultados, el presidente conservador Sebastián Piñera llamó en un discurso televisado “Unidad” en el país. “Hasta ahora, la constitución nos ha dividido. Desde hoy debemos trabajar todos juntos para que la nueva constitución sea un espacio de unidad, estabilidad y futuro., él explicó. Una vez redactado, el proyecto de constitución se someterá a otro referéndum en 2022.
Miles de chilenos salieron a las calles para celebrar la victoria, particularmente en la capital Santiago en Plaza Italia, el epicentro de las manifestaciones del año pasado, que desde entonces ha sido rebautizada como Plaza de la Dignidad.
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