Las primeras fotos aéreas tardaron cuatro días en ofrecer una visión general del desastre gemelo que azotó las islas Tonga el sábado 15 de enero, cuando la violenta erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai provocó un tsunami. Las imágenes de color ceniza publicadas el martes revelan daños materiales horrendos pero dan poca información sobre la población, poco más de 100,000 personas, todavía casi aisladas del mundo. Solo se realizan algunos intercambios infrecuentes por teléfono satelital.
“Es terriblemente angustioso no tener noticias de tus seres queridos. No sé dónde está mi padre, dónde están mis primos. Paso mis días tratando de entender la situación en las redes sociales. Mi familia no sabía lo peligroso que era este volcán”., testificó Uelenitoni Tu’ulakitau, un abogado residente en Australia de origen tongano, la voz blanca. Todas las conexiones telefónicas y de Internet se cortaron poco después del brote. El cable submarino que conecta el archipiélago con el resto del planeta a través de Fiji resultó dañado. La reparación podría demorar varias semanas mientras se restablecen parcialmente las conexiones internas.
Un informe preliminar del miércoles informó de tres muertos, incluido un británico de 50 años que fue sacado de las aguas después de intentar rescatar a los perros de su refugio. Si es probable que empeore, entonces el número de víctimas podría haber sido mucho mayor. En los últimos días, la preocupación ha sido particularmente aguda para los aldeanos de la región de Ha’apai, que viven en islas bajas a solo unas pocas decenas de kilómetros del volcán. El martes por la noche, en un primer comunicado de prensa, el gobierno de Tonga indicó que se habían hecho contactos limitados y que los primeros equipos de rescate con agua, alimentos y tiendas de campaña habían sido enviados al lugar en barco, particularmente en las islas de Mango y Fonoifua, donde murieron alrededor de un centenar de personas Vida. En Mango, todas las casas fueron arrastradas por las olas. En Fonoifua solo quedaron dos. Las acciones de evacuación han comenzado.
gruesa capa de ceniza
El alcance de los daños fue revelado el martes por imágenes aéreas de Unosat, el centro satelital de las Naciones Unidas, y aviones militares de reconocimiento transmitidos desde Canberra y Wellington el lunes. En estas tomas, las casas, las playas e incluso la vegetación están cubiertas por una espesa capa de ceniza. Los colores del paraíso se han ido volando. Todo tomó tonos sepia. La isla de Tongatapu, a solo 65 km al sur del volcán, en la que se encuentra la capital Nuku’alofa, también sufrió grandes daños. En la costa oeste, el agua se tragó casas y estructuras turísticas. Los caminos son intransitables. Las pistas del aeropuerto quedaron sepultadas bajo una lluvia de cenizas y rocas. El trabajo de limpieza está en progreso. Un paso imprescindible para que la ayuda internacional llegue por fin a la población.
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