El espectáculo “Chili mon Amour”, que tuvo lugar el sábado por la noche en la Sala François-Mitterrand, mereció un mejor público, pero el público presente no se arrepintió de su velada. Un hermoso momento de emoción y de compartir. Gabriela Barrenechea, en guitarra y voz, ha engrandecido el idioma español hablando y cantando sobre Chile, su historia, su llegada a Francia, su marido como preso político en Chile… Atraviesa momentos difíciles con el canto y un toque de tiempos de humor. “Chile, mi amor” pretende ser un homenaje a Salvador Allende. El espectáculo fue creado para conmemorar el trigésimo aniversario de su muerte, el 11 de septiembre de 2003. En este concierto defiende la idea de que la vida prevalece. Cuenta historias con canciones que tocaron su vida, su infancia, su juventud, canciones latinoamericanas y francesas, especialmente de la “edad de oro” de Léo Ferré, Barbara, Lili, Pierre Perret y Édith Piaf. Este espectáculo tiende un puente entre aquí y allá, entre Allende y Francia, entre el exilio y la vida cotidiana, entre la devoción y el descuido, entre la gentileza y la tierna ira. La acompaña Camilo González al piano, no sin cierta complicidad. En realidad, es su hijo, que tenía 9 meses cuando llegó a Francia.
Camilo aporta su juventud, su talento, su vitalidad. Su música está impregnada de su historia chilena, francesa y latinoamericana. El final con Carmen nos da la oportunidad de disfrutar por última vez de la gran voz de Gabriela. Seguramente todos estuvimos un poco chilenos el sábado. ¡Gracias Gabriela y Camilo!
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