Los feroces incendios que azotan el centro-sur de Chile desde hace una semana amenazan también a otras regiones del país debido a una nueva ola de calor, dijeron las autoridades el martes.
Se emitió una alerta roja para partes de la región de Los Ríos en el sur de Chile, cerca de las localidades de Corral y Valdivia.
Los incendios forestales, que según un informe oficial han matado a 24 personas y herido a 2.180 desde el jueves, también podrían afectar a la región más al norte de la capital, Santiago. Las autoridades habían informado anteriormente de 26 muertes.
Hasta el próximo viernes se espera una nueva ola de calor con temperaturas superiores a los 37 grados centígrados.
“Desde el punto de vista climático podría surgir una situación muy compleja”, aseguró el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, señalando la posibilidad de nuevos focos de incendio.
Los bomberos combatieron 82 de 309 incendios activos en todo el estado el martes. Las regiones centro-sur de Biobío, Ñuble y La Araucanía son las más afectadas y han sido declaradas en estado de desastre por el gobierno.
Según el último informe del Servicio Nacional de Prevención y Atención de Desastres (Senapred), las llamas han arrasado más de 290.000 hectáreas y destruido 1.150 viviendas desde que comenzaron los incendios hace una semana.
Quince personas han sido detenidas por su posible responsabilidad en el inicio de los incendios, que más de 5.600 bomberos están combatiendo con la ayuda de la comunidad internacional.
Estados Unidos, España, Argentina y México enviaron materiales (aviones, camiones, helicópteros, drones, etc.) y personal (expertos en bomberos, soldados, bomberos, etc.).
Francia anunció el martes que enviaría 80 bomberos y socorristas de seguridad civil “en las próximas horas”.
“Lo más dramático es ver la situación de las personas que se quedan sin casa, sin su familia, sin sus animales y en completa indigencia”, dijo Macarena Fernández, una bombero voluntario de 31 años que llegó a Santa Juana hace cuatro días. hace, en la región del Biobío.
“Los bomberos de aquí (Santa Juana) trabajan unas 18 horas diarias, duermen muy poco y dan el alma y el corazón”, asegura Danilo Figueroa, otro bombero voluntario.
El hombre de 50 años dice que algunos bomberos se enteraron de que su casa se había quemado mientras luchaban contra las llamas. “Aunque no quede nada, no se dan por vencidos”, asegura.
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