Durante la expedición, los científicos utilizaron un robot submarino capaz de sumergirse a una profundidad de 4.500 metros para recopilar datos de diez montes submarinos. Los científicos han descubierto que cada monte submarino alberga diferentes ecosistemas, muchos de los cuales están en riesgo, incluidos arrecifes de coral de aguas profundas y prósperos jardines de esponjas. Los científicos analizan la fisiología y genética de estos ejemplares.
El líder de la expedición, Javier Sellanas, se entusiasma: “Superamos con creces nuestras expectativas en esta expedición. Siempre se espera encontrar nuevas especies en estas áreas remotas y poco exploradas, pero las cantidades que hemos encontrado, particularmente para ciertos grupos como las esponjas, son asombrosas”.
Jérôme Mallefet, biólogo marino de la UCLouvain y especialista en bioluminiscencia, sigue con interés esta expedición: “Estamos empezando a darnos cuenta de que estos hábitats de aguas profundas, considerados durante mucho tiempo desiertos de vida biológica, son mucho más ricos de lo que pensábamos. La gente conoce mejor la superficie de la luna que el fondo de los océanos. Actualmente hemos identificado un millón 500.000 especies en el mundo, pero podríamos descubrir 10 millones explorando el fondo del océano.
Estos biotopos de aguas profundas, considerados durante mucho tiempo desiertos de vida biológica, son mucho más ricos de lo que pensábamos.
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