INFORMES – Altitud, falta de lluvia, luz solar intensa… Engie, como sus competidores, debe utilizar tesoros de ingenio para construir y operar turbinas eólicas y parques solares en un entorno decididamente hostil.
El norte tiene sus escombreras como montañas únicas. El desierto de Atacama chileno, campos con aerogeneradores y paneles solares como bosques únicos. Aquí nada se mueve. Ni un pájaro en el cielo azul único. Ni siquiera un insecto. “ Hay algunos pequeños roedores. », promete uno de nuestros anfitriones. No veremos a ninguno de ellos. Pero fue precisamente en este entorno adverso que Engie decidió construir parques eólicos y solares. Bienvenido al mundo de las obras de construcción extremas.
Una única carretera bordeada de postes de alta tensión atraviesa esta inmensidad rocosa, con los Andes en el horizonte. Sin embargo, este desierto no está exento de actividades humanas. Una mina de cobre a lo lejos. Y allí el primer parque eólico. Llegamos al sitio de construcción de Lomas de Taltal, a 140 km del pequeño pueblo de Taltal, a más de 1100 km al norte de Santiago. Aquí, Engie construye 57 nuevas máquinas cuyas dimensiones son similares a las que se encuentran en mar abierto: palas de rotor con un diámetro de 165 metros están apoyadas en el suelo…
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