El desierto de Atacama en Chile es el lugar más seco de la tierra: recientemente, sin embargo, las lluvias y los fuertes vientos se han vuelto más frecuentes debido al cambio climático criaturas dañadas y no solo. De hecho, en el desierto de Atacama están enterradas las famosas momias Chinchorro, que yacen pacíficamente bajo tierra desde hace 7.000 años y ahora están siendo perturbadas por estos insólitos eventos atmosféricos: “Cada vez que emerge una momia, la marcamos con una bandera y la enterramos”. Tú otra vez.” , le dice al guardián la arqueóloga Jannina Campos.
Los Chinchorro, un pueblo de cazadores y pescadores que habitaron Chile hace 7.000 años, fueron los primeros en momificar a sus muertos envolviéndolos en pieles de lobo marino, arcilla y lana de alpaca antes de enterrarlos en el árido desierto de Atacama, donde descansarían durante eternidad.
envenenado Ubicados en el valle del río Camarones, en una zona verde a pesar de la cercanía con el desierto, los Chinchorro fueron engañados por las aguas cristalinas y aparentemente puras del río: en realidad estaban presentes en los Camarones 1.000 microgramos de arsénico por litro de agua – una cantidad cien veces superior a lo que se considera seguro para los humanos. Al beber, los chinchorro sin saberlo se envenenaban: entre las momias también se encontraron recién nacidos que nacían muertos o morían al poco tiempo de nacer.
Así momificaban los Chinchorro a sus muertos.
© Andrea021 | CC BY-SA 3.0
humedad y dinero. El letargo milenario del Chinchorro ahora se ve amenazado por el clima: algunas momias guardadas en el museo del área cercana están mohosas, otras son devoradas por insectos, y otras están reducidas a polvo. “La variedad de materiales que los componen dificulta encontrar las condiciones ambientales ideales para conservarlos”, explica Bernardo Arriaza, experto en Chinchorro.
En 2022 el trabajo comenzará para un nuevo museo climatizado que albergará las momias de Chinchorro: costará más de 17 millones de euros y ocupará casi 5.000 metros cuadrados.
Pero el clima no es la única causa del deterioro de este increíble patrimonio histórico y cultural: las momias de Chinchorro también están en peligro de extinción por la falta de interés de las autoridades y la falta de inversión necesaria para su correcta conservación. “Somos los únicos que cuidamos la zona. A las autoridades no les importa”, dice Jorge Ardiles, uno de los vecinos del barrio.
A partir de julio de 2021, las momias de Chinchorro finalmente están aquí convertirse en un sitio del patrimonio mundial de la UNESCO, y se espera que este reconocimiento ayude a aumentar el interés por su conservación. “Si no hacemos nada para protegerlos, el cambio climático los hará desaparecer”, advierte el alcalde local, Cristian Zavala.
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