Publicado el 23 de julio de 2021 a las 11:19 am
¿Buen tiempo después de la lluvia? Según una encuesta de bpifrance publicada este viernes, la moral de los jefes de las pymes ETI está en su punto más alto desde el comienzo de la pandemia. Por lo tanto, la reapertura económica gradual continúa infundiendo optimismo a los líderes. En mayo, la moral empresarial ya estaba en buena forma, según una encuesta publicada por INSEE, que cubre una gama más amplia de empresas.
Según bpifrance, el 58 % de los empresarios encuestados tiene una aptitud mental superior o igual a 7 en una escala del 1 al 10. Un resultado positivo: entre marzo y julio de 2020, su aptitud física y mental disminuyó en promedio 1,5 puntos antes se estabilizaron durante la segunda entrega.
Situaciones contrastantes
Los resultados de la encuesta “esconden experiencias muy contrastantes”, pero la directora de bpifrance Le Lab, Elise Tissier, matiza. “Parece que se perfilan así dos realidades contrapuestas, con una distribución entre líderes que lo están haciendo bien, incluso muy bien, y por el contrario, líderes que presentan un estado psíquico y físico muy degradado”. La mayoría optimista contrasta con una minoría de baja moral: el 10% de los encuestados califica su aptitud mental como 3 o menos.
Dos factores son cruciales, muestra la encuesta: el apoyo de los demás y la sensación de utilizar la situación para innovar. El 84% de los encuestados cree que sus empleados los están ayudando a capear la crisis y el 71% dice que han aprovechado las oportunidades. Los directivos que no se ven afectados por estos dos puntos son, por tanto, los más afectados.
Un optimismo para clasificar
Pocas veces las expectativas del futuro han sido tan altas. Cuando salió la segunda parte de la encuesta en noviembre, ya se respiraba optimismo sobre la recuperación. El 83% de los gerentes dijo que la crisis los alentaría a acelerar la innovación y el 76% planeaba cambiar su modelo comercial para mejorar el rendimiento en los próximos meses.
No obstante, los empresarios siguen siendo vulnerables frente a ciertas dificultades en curso. Si bien los empleados han sido un apoyo clave para los emprendedores, el 39% de los encuestados dijo no sentir un vínculo de solidaridad entre gerentes y proveedores. Esto se aplica en particular a los sectores industrial y de la construcción, que se ven afectados por aumentos de precios, incluso por la escasez de ciertas materias primas y problemas de entrega.
Otro factor de miedo identificado por bpifrance: un bajo nivel de actividad que hace temer por el futuro de la empresa. Una encuesta publicada por el CPME en mayo destacó la importancia de las dificultades financieras para la moral de los empresarios. Casi uno de cada tres lo hizo, subrayando que su empresa desenterró la deuda de su empresa en el primer trimestre, y el 22 % dijo que tenía problemas para pagar el alquiler. De los que tomaron préstamos con garantía del gobierno (PGE), el 58% retrasó su pago en dos años. El CPME luego pidió medidas “para que sea posible evitar encarcelar a un líder empresarial de por vida en caso de fracaso”.
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