La decisión de permitir que los parientes cercanos de los Olim ingresaran a Israel fue un alivio para muchos inmigrantes.. Entre ellas destaca la historia de Daniela Morgado, una joven chilena y madre primeriza que fue una de las historias visibles de esta problemática.
Durante un embarazo de alto riesgo, Daniela intentó y logró traer a sus padres a Israel para que la acompañaran en este momento tan importante de su vida. “Se trataba de superar grandes muros”, dice Daniela AURORA sobre el proceso, que finalmente terminó de la mejor manera..
El pedido de ingreso de familiares al país “se desarrolló por negligencia del sistema”, explica Daniela. “Tuvieron que llenar un formulario largo, que fue rechazado menos de una hora después de llenarlo. He tenido 16 rechazos desde el 5 de marzo cuando intenté que mis padres entraran”, dice.
“Para un país joven con tantos inmigrantes, las redes de apoyo son necesarias. Y estas redes a veces no existen en la naturaleza o no son suficientes. “Por eso son necesarios tus raíces, tus orígenes, tus colores, tus olores, tus gustos”, enumera. Daniela conoció a muchas personas en su misma situación y decidieron movilizarse por un cambio de legislación.
“Fue una situación muy estresante. Debido a la burocracia, esto lleva más tiempo y se convierte en algo muy inhumano. “Es decepcionante ver esto en un país tan desarrollado en algunas cosas y tan anticuado en otras”, afirma.
Los padres de Daniela, Emilio y Cynthia, quienes finalmente pudieron llegar, fueron vacunados con dos dosis en Chile, país que ha logrado grandes avances en este proceso. Sin embargo, su viaje a Israel fue largo y difícil. Gracias a esta vacunación ya pueden ingresar al país La ley permite el ingreso al país de personas vacunadas o recuperadas. “Esto es lo mínimo que un país puede permitir”, reconoce el joven chileno.
Daniela y su esposo llegaron a Israel en 2014 durante la Operación Margen Protector. Se establecieron en Raanana, pero sin familia en Israel. “Es bastante complejo estar solo aquí”, admite. Sin embargo, Daniela destaca que hay más seguridad en Israel que en América Latina. “Vivimos en paz”, dice. Ahora, en presencia de sus padres, esta paz se complementa con la alegría del nacimiento de su primer hijo.
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