La concentración, cien personas, entona el himno chileno en el salón de conferencias de un hotel en Santiago, el jueves 1 de abrilah Septiembre. “Este no”proclaman sus camisetas, amarillas como sus gorras, sus banderas y sus mascarillas quirúrgicas, reflejando el nombre de su grupo, Amarillos por Chile (“El Amarillo para Chile”), lanzado en febrero para luchar contra la nueva Ley Básica, que afrontará un referéndum histórico el domingo 4 de septiembre.
Quince millones de chilenos están llamados a votar en este país de diecinueve millones de habitantes.
“Quiero una constitución diferente, pero no la que nos divide. Es un tema demasiado importante, ahí es donde todo comienza y todo termina”., dijo Ricardo Quezada, de 64 años, al término del mitin de campaña de Amarillos por Chile, que se autodefine como un grupo de ciudadanos de centro y centroizquierda. Su postura refleja una especie de cambio paulatino a nivel nacional: como la mayoría de los chilenos, según todas las encuestas, ahora se preparan para las elecciones. “Rechazo” (“Rechazo” la sugerencia, esto se aplica al 53,5% de los encuestados, según el instituto de estudios de opinión Pulso Ciudadano) tras apoyar la redacción de una nueva constitución durante un referéndum en octubre de 2020.
En ese momento, casi el 80% de los votantes había decidido y expresado el deseo de enterrar la constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada ilegítima. Aunque reformada en varias ocasiones, esta constitución ha sido acusada de ser la base de desigualdades de todo tipo, denunciado en las calles durante el gran e inédito levantamiento social de 2019. El camino estaba entonces despejado para una reescritura completa del texto básico bajo la pluma de 154 funcionarios electos, incluida una mayoría de independientes, que formaron una asamblea común para despejar la izquierda.
Durante un año, el nuevo texto en discusión intentó promover un cambio de modelo anunciado en el primer artículo: “Chile es un estado constitucional social y democrático. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológica. » Los principios fundamentales que entonces permean incluyen la introducción de los derechos sociales, el reconocimiento de la población indígena (12,8% de los chilenos), la paridad, la reforma de los sistemas político y judicial. Se garantiza el acceso al aborto voluntario.
“Fuerzas desequilibradas”
¿Alguna parte de la declaración fue demasiado lejos? “Soy súper solidario con los derechos sociales. Pero no con los poderes otorgados a los nativos. Si tienen tantos, entonces no hay más igualdad.dice Marcela Retamal, una trabajadora de 35 años de Amarillos, Chile. Las fuerzas están desequilibradas, la Cámara [dite « des régions », en remplacement du Sénat] no tiene que ser agrega Ricardo Quezada.
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