Los chilenos están a sólo cinco semanas de un nuevo referéndum constitucional. Después de haber sido rechazado por más del 60% en septiembre de 2022, un proyecto de carta fundamental, redactado en gran parte por representantes electos de diversos sectores de izquierda y considerado uno de los más progresistas del mundo, la población está nuevamente convocada a las elecciones del 17 de diciembre, para aprobar o rechazar un texto, esta vez elaborado por la derecha ultraconservadora.
La redacción presentó este martes al presidente socialista Gabriel Boric el resultado de cinco meses de trabajo en los que los partidarios del líder de extrema derecha José Antonio Kast (Partido Republicano) han hecho todo lo posible para bloquear el camino a cualquier propuesta progresista.
La derecha libra una campaña electoral contra la inseguridad
Con 33 de 50 editores consultores, los liberales y la extrema derecha tenían las manos libres para implementar su proyecto social ultraconservador y neoliberal frente a una izquierda impotente que no podía imponer ningún bloqueo.
Resultado: El campo progresista condena un texto peor que la Constitución actual, aunque data de la época de Pinochet, y teme posibles retrocesos, especialmente en diversos ámbitos como la salud, los impuestos, los derechos de las mujeres, las libertades sindicales, etc. y el derecho de huelga (véase l’Humanité del 28 de septiembre de 2023).
Por su parte, la derecha afirma que este proyecto de nueva Constitución es mejor que el actual, apoyándose en una campaña mediática que se centra en particular en las cuestiones de la inseguridad y el control de fronteras. “Por fin ha llegado el momento de hacer realidad las esperanzas de los verdaderos chilenos”, explicó la joven presidenta del Consejo, Beatriz Hevia, elegida de extrema derecha; Para Gabriel Boric, sin embargo, los ciudadanos tienen que hacer esto “Decidir si esta es una propuesta que nos une”.
En caso de rechazo, no hay tercer procedimiento.
La semana pasada, el presidente criticó la falta de búsqueda de consenso por parte de la derecha, citando los mismos errores cometidos por la izquierda al redactar la primera versión del texto el año pasado.
“Este texto no cumple con los requisitos para ser una constitución para todas las partes del país”También lo dijo Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista de Chile, mientras que lo recordó el líder de la Democracia Cristiana, Alberto Undurraga. “paralelo al proceso constitucional anterior”antes de que también pida una votación “contra” pero al mismo tiempo también expresar el deseo “Poner fin a este ciclo de redacción de nuevas constituciones”.
En caso de rechazo de esta nueva propuesta constitucional -lo que es probable que ocurra si se creen los resultados de las encuestas anteriores (la oposición obtendría el 51% de las intenciones de voto frente al 34%)-, el gobierno de Gabriel Boric advirtió que esto implicaría la organización de una tercera descartó el proceso constitucional bajo su gobierno.
La derecha gana sin importar el resultado
Sin embargo, algunos representantes del Partido Comunista han expresado la posibilidad de retomar este camino lo antes posible. “Ningún gobierno, ni éste ni el próximo, puede poner fin a un proceso constitucional que pertenece al pueblo, porque no corresponde que sean los gobiernos quienes determinen si los procesos constitucionales se llevan a cabo exitosamente o no”.dijo el ex candidato presidencial Daniel Jadue, según comentarios de El País.
Mientras tanto, la izquierda chilena se encuentra en una posición bastante incómoda, llamando a la gente a votar en contra del nuevo texto, ya que algunos creen que ratifica la actual Carta Básica creada bajo Pinochet. Las fuerzas progresistas chilenas parecen estar involucradas en un referéndum en el que es poco probable que la derecha pierda, cualquiera que sea el resultado final.
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