En Alto Hospicio las dunas no están hechas de arena, sino de ropa usada, desde faldas de pedrería hasta zapatos après-ski, todo lo que la moda rápida puede producir termina aquí. Para combatir este flagelo, los actores locales se están movilizando.
Chile se ha especializado en el comercio de ropa de segunda mano desde hace unos cuarenta años. Las 59.000 toneladas de textiles que los consumidores ya no quieren provienen de EE.UU., Canadá, Europa o Asia y llegan cada año al puerto de Iquique. En esta zona comercial con aranceles preferenciales se realiza la clasificación inicial para su reventa en el país o exportación a otros países latinoamericanos.
Residuos textiles que causan contaminación ambiental
Sólo en Alto Hospicio se almacenan ilegalmente alrededor de 39.000 toneladas de basura.
“Los daños y el impacto ambiental de estos microvertederos en general y de los residuos textiles en particular están fuera de toda duda para las comunidades en las que se ubican”, explica Moyra Rojas, secretaria regional del Ministerio de Medio Ambiente. “Estas microvertidos generan algunos incendios que obviamente contaminan el aire, y algunos también se encuentran cerca de zonas habitadas”. »
Ya sean enterrados bajo tierra o dejados al aire libre, los textiles no son biodegradables; su degradación química puede tardar décadas y contamina el aire y las aguas subterráneas.
Iniciativas locales
Cualquier prenda que no pase los filtros de reventa o contrabando acaba en vertederos ilegales. Después de trabajar durante diez años en la Zona Franca de Iquique, Franklin Zepeda se cansó de ver estas “montañas de desechos textiles” cerca de su casa y decidió “salir del problema y ser parte de la solución”. En 2018 fundó Ecofibra para abordar este creciente problema. “Estos residuos acabaron en el desierto y ahora los utilizamos como materia prima para fabricar nuestros paneles aislantes térmicos. »
La empresa Ecocitex recolecta, vende y dona ropa usada y también produce hilos de ropa reciclados. Rosario Hevia, presidenta de Ecocitex, insiste en la necesidad de “educar a las personas para que reduzcan el consumo de textiles innecesarios y se responsabilicen de alargar su vida útil”. » Explica que podemos reducir la producción de residuos reduciendo el cambio en la forma en que consumir.
Según un estudio de la ONU de 2019, la producción mundial de ropa, que se duplicó entre 2000 y 2014, “es responsable del 20% del desperdicio total de agua en el mundo”. Cada segundo, se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión lleno de basura. . »
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