Esta es la historia de un fiasco monumental, uno de los peores de la historia naval. En 1740, el Almirantazgo británico decidió armar una flota de buques de guerra para atacar a los galeones españoles frente a las costas de Chile, que creían que estaban llenos de tesoros sin precedentes. Varios barcos se preparan para zarpar, liderados por el colosal Centurion, comandado por el comodoro Anson. También zarpa el “Wager”, un barco más pequeño. El tifus y el escorbuto pronto proliferan a bordo.
Cuando la Armada británica intentó rodear el Cabo de Hornos para encontrar al enemigo español en el lado del Pacífico, el mar estaba tan agitado que varios barcos, entre ellos el “Wager”, se hundieron entre los arrecifes. Sin embargo, algunos marinos logran llegar a fin de mes y reaparecer en el Reino Unido unos años más tarde. Excepto acusarse unos a otros de motín o maldad ante un consejo de guerra.
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