Fue hace ___ Han pasado cincuenta años y aún así a Ricardo Parvex le resulta imposible olvidar aquel día, el 11 de septiembre de 1973. El general Augusto Pinochet derrocó al presidente Salvador Allende en Chile. “Es como si estos hechos hubieran ocurrido ayer. “La naturaleza cíclica de los cumpleaños nos hace retroceder años y volvemos a vivir ciertas cosas”. dice este chileno de 79 años, que a los 29 se vio obligado a abandonar urgentemente su país y exiliarse en Francia.
Leyla Guzmán tenía tres años cuando fue bombardeado el Palacio de la Moneda. Pero a través de los ojos de una niña de aquel entonces, tiene recuerdos claros del registro militar en su casa: “Le pusieron todo patas arriba y fue aterrador. » A pesar de su corta edad, comprendió la gravedad de la situación. “En la escuela, en los años siguientes, nos obligaron a marchar el 11 de septiembre, Ella dice. En mi último año de escuela primaria, a los 11 años, me negué, sabiendo por qué no lo hice: no quería marchar por Pinochet. »
Como Ricardo y Leyla, casi 15.000 Refugiados chilenos, activistas de izquierda y sus familias encontraron refugio en Francia después de 1973, sobre todo gracias al compromiso personal del entonces embajador francés Pierre de Menthon y su esposa. Sin verdaderas instrucciones del poder ejecutivo entonces dirigido por Georges Pompidou, la pareja abrió las puertas de la misión diplomática en Santiago y permitió a los golpistas chilenos obtener casi 800 documentos de identidad.
“Tortura psicológica”
Los refugiados tienen profundas repercusiones por el golpe militar. Leyla Guzmán, que salió de Chile en 1982 a la edad de 12 años, no regresó hasta 1991, un año después del retorno de la democracia. ” La primera vez, No podía salir solo Ella recuerda. Tuve náuseas y ansiedad. Inconscientemente tenía miedo. » Entonces, a medida que se acerca el 11 de septiembre, la emoción es palpable. A veces las lágrimas fluyen y los recuerdos dolorosos resurgen. “Recuerdo las horas en que me encadenaron los brazos, las descargas eléctricas, las prohibiciones de comer y beber y, sobre todo, la tortura psicológica que tuve que soportar”. confía Ricardo Parvex, ex activista del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. En enero de 1976, la policía chilena le dio tres meses para abandonar el país.
Su hermano, un socialista, fue secuestrado por la DINA, la policía política chilena, y desapareció durante cuatro meses antes de ser deportado a Inglaterra. A diferencia de Ricardo, que prefirió quedarse en Francia con sus hijos, regresó a Chile y participó como economista en el primer mandato de la socialista Michelle Bachelet (2006-2010).
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