La mayoría del país (62%) decidió rechazar la nueva propuesta constitucional, mientras que solo el 37% votó a favor. Un resultado que ha afectado a un amplio sector de compañeros que, desde 2019 hasta ahora, han sido los mejores en la lucha de la rebelión popular. Hay confusión porque no hay duda de que ayer ganaron los grandes empresarios, la derecha y el pinochetismo más recalcitrante. Entendemos y compartimos la decepción de cientos de miles […]
Las verdaderas razones de la derrota electoral.
Parece totalmente contradictorio que las mismas personas que encabezaron una de las rebeliones populares más grandes de los últimos tiempos, que votaron en un 80% para enmendar la Constitución, que ganaron una mayoría de candidatos independientes para la Convención, ahora están usando esa mayoría para rebelarse y rechazar una reforma de la constitución constitución. Sin embargo, éste no es el caso.
Esta derrota se concretó el 15 de noviembre de 2019, cuando la derecha, la ex Concertación y el Frente Amplio, firmaron el acuerdo de paz para salvar al gobierno de Piñera y encaminar el poder de movilización a la vía institucional de un proceso constituyente tratos absolutamente condicionales para que no sería ni libre ni soberano. No solo eso, este acuerdo también permitió golpear a los miembros más militantes de la movilización, convertirlos en presos políticos o reprimirlos brutalmente, garantizando a los carabinieri la impunidad para esta tarea. Y así ha sido hasta el día de hoy.
Con un 80% de aprobación en el primer plebiscito y una mayoría de votos a favor de los independientes, la clase obrera y el pueblo creían que estaban construyendo una institución que se opusiera a los corruptos, pero eso no sucedió. Como resultado, millones de personas quedaron decepcionadas y abandonaron el proceso constitucional. La convención constitucional permitió a Piñera gobernar con calma, sin hacer nada por la pérdida de empleos y la pobreza creciente, sin hacer nada por los presos políticos o los milicianos y policías que los oprimen. Era un parlamento más. (…)
Durante la misma sesión constituyente y entre bambalinas, la mayoría de los “independientes” cedieron el control a los partidos, lo que dejó fuera del nuevo texto constitucional demandas tan importantes como la nacionalización de los recursos naturales. En medio de luchas y maniobras, nació una nueva constitución que, si bien mostraba avances democráticos, dejaba intacto el modelo económico de raíz de las profundas desigualdades del país. (…)
Mientras tanto, otra decepción preparó el escenario para ayer. La llegada del nuevo gobierno encabezado por el Partido Comunista y el Frente Amplio fue una gran decepción para millones de personas. Con la profunda crisis económica que afecta a millones de familias trabajadoras, el Sr. Boric y su gobierno se niegan a tomar las medidas más básicas para evitar el desastre. No hace nada sobre la inflación, no hace nada sobre los salarios de pobreza, rechaza cualquier ayuda pública directa y no toca las ganancias de las grandes corporaciones. Lo que entregó de la mano fue represión contra los mapuches y el pueblo chileno y un sinfín de promesas vacías. Por eso millones de personas usaron el referéndum para castigar a este gobierno.
Su campaña fue aún más criminal. Mientras miles luchaban con escasos recursos para contrarrestar el pinochetismo de rechazo, Boric y sus partidos firmaban febrilmente un acuerdo para reformar la nueva constitución en beneficio de las empresas. Negoció pública y descaradamente la nueva constitución con el rechazo y demostró la necesidad de hacer una “constitución para todos”.
Sin contar que la dirección de las principales organizaciones sindicales, estudiantiles y populares del país, dirigidas por los mismos partidos (…) han jugado un papel nefasto en el aumento del desencanto. (…)
La campaña de la derecha y el rechazo, el veneno de la mentira y el miedo, caminó en silencio por las brechas del desencanto abiertas por quienes ahora gobiernan, quienes manejan el consentimiento, quienes negocian con la derecha en el Congreso y los salvan durante el levantamiento popular. Piñera. Es su derrota. Millones de trabajadores, estudiantes, mujeres, disidentes y hermanos y hermanas indígenas votaron para expresar esta confusión o para sancionar directamente las medias tintas y engaños de este gobierno que prometía cambiar las cosas.
Sin embargo, cabe añadir un punto más, no menos importante. Apruebo Dignidad y los viejos partidos han logrado conducir todo el proceso político hasta el día de hoy. De hecho, no logramos construir una alternativa política para los millones que luchamos en la rebelión popular. Quién lucharía contra la inflación y los salarios de miseria, por las más sinceras demandas de la clase obrera y el pueblo, o quién (entonces) nos permitiría enfrentar las maniobras y engaños del Congreso y llevarnos a votar contra la constitución de Pinochet. Como se ha demostrado, sin este liderazgo todos los esfuerzos pueden ser en vano.
Usarán esta derrota para seguir atacando al pueblo ya la clase obrera.
Hoy, el triunfo del rechazo les permite empujar a la derecha al gobierno, que ya le tendió todos los puentes a los patronos del pinochetismo. No toques a Piñera ni a los oficiales que impusieron el terror a la rebelión popular militarizando el Wallmapu y reprimiendo las movilizaciones, y sobre todo comprometiéndose con un acuerdo nacional para construir la “Constitución para Todos”. Fue, es y será el gobierno de Boric, CP y FA.
(…) ¡Un nuevo proceso constituyente! ¡Boric prometió que debemos cambiar la constitución de los años 80! responde correctamente. Ambos partidos saben que deben mantener la esperanza de que el cambio “responsable” solo puede lograrse por sí mismos, incluso en el Congreso. Y para ello, proponen redactar un escenario de reforma que tranquilice a millones de familias de clase trabajadora que ven caer su nivel de vida cada día tras la crisis económica. El caldo de cultivo de la insatisfacción social se amplía, y el triunfo temporal del rechazo no les hace olvidar esta situación.
Sea lo que sea, lo que quieren es un nuevo pacto nacional para acabar con cualquier remanente de la rebelión popular de 2019 (…).
Debemos enfrentarlos a todos.
Entonces, ¿por qué era importante aprobar la constitución propuesta? Porque el triunfo del rechazo fortalecería y ha fortalecido a los sectores más reaccionarios del país. Esto lo entendimos miles de nosotros que asistimos a los principales eventos o impulsamos la campaña con nuestro propio esfuerzo. Los que no solo queríamos votar condenamos las maniobras del gobierno bórico, promovimos llamados a combatir la inflación y los salarios de miseria ya la solidaridad activa con todas las luchas.
Por eso es importante fortalecer la unidad que se ha logrado entre quienes hemos luchado en las calles contra el pinochetismo y el rechazo. (…)
Debemos reagruparnos, unir las luchas, abrir diálogos fraternales, actuar unidos y unidos contra todos aquellos que quieren usar el triunfo del rechazo para seguir golpeando a la clase obrera y al pueblo. Habrá momentos para llorar la derrota que acaba de ocurrir hoy, es hora de retomar los caminos abiertos por la rebelión popular de 2019.
Por un plan nacional de lucha contra la inflación y la pobreza salarial.
Contra la militarización del Wallmapu, la represión y por la libertad de nuestros presos.
Un falso proceso constitucional, llevado a cabo por los corruptos de siempre, se impondrá contra las negociaciones entre los opositores y el gobierno bórico.
Unirnos en la lucha, volver a salir a las calles, construir juntos una alternativa política para los que estamos luchando.
Para que gobiernen los trabajadores y el pueblo de Chile y del mundo.
Extractos de la Declaración del Comité Ejecutivo del MST.
Sección chilena del ITU-QI
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