Diez meses de trabajo, duras negociaciones entre los 155 miembros de la convención constituyente y 499 artículos en papel. En una ceremonia altamente simbólica en medio de las ruinas de Huanchaca en el desierto de Atacama, lejos de los lugares habituales de toma de decisiones, el proyecto de la posible nueva constitución chilena fue entregado este lunes a las tres comisiones competentes para armonizar el texto, redactar el preámbulo y, sobre todo, Planificar las etapas de una transición fluida de la antigua a la nueva constitución.
Esto marca la recta final del proceso antes del referéndum del 4 de septiembre, aniversario de la elección de Salvador Allende. “Una nueva manera de vivir juntos se materializa en este texto. Una nueva forma de entender la vida en nuestro país, donde todos puedan sentirse protegidos. Con estas normas y estos artículos estamos comenzando a construir un Chile más justo, con derecho a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la seguridad social”, subrayó la Presidenta de la Asamblea Constituyente, María Elisa Quinteros, en su discurso de apertura.
Pueblos indígenas reconocidos
Con el objetivo de enterrar la actual constitución heredada de la dictadura de Pinochet y responder a las protestas sociales que sacudieron a Chile en 2019, el nuevo texto ha alimentado la polémica en las últimas semanas. En efecto, propone cambios importantes, como el reconocimiento de los pueblos indígenas y su autonomía en un país que “desde sus inicios ha negado la existencia de los pueblos indígenas”, según Danilo Herrera, politólogo del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica.
Mientras que el texto inaugura a Chile como un “Estado constitucional social y democrático”. […] plurinacional, intercultural y ecológica”, su aprobación es incierta. La última encuesta dice que el 46% dice “no” al nuevo texto, frente al 38% a favor, pero un poco más después de seis semanas de recesión.
El foco del rechazo es “el trabajo de los votantes más que el propio texto y demasiada desinformación sobre el tema. La nacionalización de los fondos de pensiones, la actividad minera, cambiar el himno y la bandera son ideas que nunca habrían obtenido la mayoría requerida de dos tercios de la aprobación de la Asamblea”, asegura Danilo Herrera. Propuestas que fueron fuertemente agitadas por la derecha chilena y los medios de comunicación y que finalmente no aparecen en el texto presentado este lunes.
proceso dificil
“Fue un proceso difícil ya veces mal entendido. Por supuesto, no estábamos libres de errores. Pero hoy podemos decir que hemos logrado lo que el pueblo chileno nos encomendó”, dijo María Elisa Quinteros, enfatizando “un amplio acuerdo”. Para que este consenso se refleje en las urnas, “será fundamental el trabajo de la comisión de armonización para entregar un texto más ameno”, agrega el politólogo.
La popularidad del proceso constituyente parece seguir a la del presidente Gabriel Boric. La misma encuesta muestra que a dos meses de su toma de posesión, solo el 39% de los encuestados aprueba su gestión.
El gobierno está pagando principalmente por su falta de experiencia, explica el politólogo: “Son personas muy jóvenes, en su mayoría menores de 40 años, recién llegados al gobierno. Y eso pesó en los primeros meses del reinado de Boric. Además, no puede legislar porque tiene menos del 40% en ambas cámaras. Así que no hubo una medida importante para reflejar la marca del gobierno. »
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