Cambio climático: ¿Podemos adaptarnos a él gracias a las nuevas tecnologías?

+1,5 grados. Los Acuerdos de París, firmados por 196 partes en 2015, tienen como objetivo limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, 8 años después, la trayectoria parece haberse vuelto inalcanzable en cualquier parte del mundo. Expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advierten que no vamos por buen camino: ya registran un aumento de temperatura de 1,7°C en Francia. Christophe Béchu, Ministro para la Transición Ecológica, no se equivoca: “Debemos preparar a nuestro país para un calentamiento global de 4°C”. El ministro quiere preparar a ciudadanos y profesionales para lo peor con el fin de prevenir cambios potencialmente brutales. “A +4°C, dos tercios de las zonas de esquí de los Alpes estarán libres de nieve, tendremos cinco veces más sequía y olas de calor mucho más intensas”, proyecta el exalcalde de Angers. Tantos desastres naturales que la humanidad encuentra difíciles de digerir: alta mortalidad de poblaciones vulnerables o desfavorecidas, propagación de ciertas enfermedades infecciosas, aceleración de la migración para escapar de regiones devastadas o áridas, etc.

El gobierno no tiene interés en jugar a Cassandras. El Ministro de Medio Ambiente quiere “salir de la negación” y observa el mismo movimiento en todo el mundo. “No todo depende de nosotros”, añade el ministro. El mensaje que se envía es claro: la subida del mercurio está provocando un revuelo que nos obligará a adaptarnos. Un auténtico reto para muchas zonas de interior, escarpadas, insulares, urbanas o superpobladas. Una expectativa que nos resulta difícil cumplir sin apoyo tecnológico.

El calentamiento global está obligando a los investigadores a innovar. El objetivo es favorecer el acceso a los recursos, predecir el clima, controlar la temperatura interior y moderar nuestro consumo energético. Las nuevas tecnologías logran esto con diversos grados de éxito.

Augusto Bojorquez

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