Gráficos / Diego Zaccaria, ex director del Centro de Diseño Gráfico y fundador del famoso mes dedicado a esta disciplina, presenta en los Moulins de Villancourt una exposición dedicada a la vitalidad del diseño gráfico sudamericano.
El 11 de septiembre de 1973, en Chile, el general Pinochet no identificado derrocó al presidente socialista Salvador Allende e instauró una dictadura militar que duraría hasta 1990. Con motivo de este fatídico 50 aniversario, la exposición Un canto común, Chile-América Latina ofrece un panorama de la creación gráfica sudamericana y la forma en que el “Street Art” (en este contexto el legado de los muralistas mexicanos de la década de 1930) ha acompañado la particularmente convulsa vida social y política de Chile desde 2019.
A lo largo del camino, descubriremos una decena de carteles conmemorativos del golpe de Estado, algunos carteles políticos o culturales, así como numerosas fotografías de murales que dan testimonio de las luchas que actualmente animan la vida política y social de Chile (reconocimiento a los indígenas pueblos, los derechos de la mujer, la revisión de una nueva constitución, etc.). Los diseñadores gráficos juegan con la riqueza de los signos y símbolos de las culturas que forman parte del Chile contemporáneo: la estrella de la bandera chilena, el perro del paño rojo, la mascota de las manifestaciones, la estética indígena, pero también las representaciones de la Virgen María y los retratos del Che Guevara…
En el apartado gráfico, recordamos especialmente a los ingeniosos hágalo usted mismo de los argentinos. Onaire Colectivo Gráfico que aseguran estar haciendo una especie de “guiso gráfico” en el que se codean el color vanguardista de crayones, las fotografías recortadas y los collages aproximados.
Finalmente, la exposición hace un pequeño rodeo a la tradición de las arpilleras, presentando las de Nivia y La Nia, la exiliada chilena de Grenoble, grandes exponentes del género. Estos pequeños bocetos hechos de patchwork figurativo y muñecos de trapo cuentan los horrores de la dictadura en un lenguaje plástico e infantil. Estas imágenes también se convierten en atrezos para evocar este trágico episodio de la historia chilena (al frustrar los efectos perversos de la fotografía periodística), como medio para que el artista repare el trauma que lo llevó al exilio.
Un canto común, Chile-América Latina hasta el 13 de mayo en los Moulins de Villancourt, entrada gratuita
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