La ciudad organizadora de una COP la determina el país que preside la conferencia. Rota cada año entre los cinco grupos regionales de las Naciones Unidas según un orden fijo. El primer grupo es Europa Occidental y la primera COP se organizó en Berlín. Le siguen África, Asia-Pacífico, Europa del Este, que forma su propio grupo de Europa Occidental, y América Latina y el Caribe.
Cada año, cada grupo acuerda internamente el país que presentará su candidatura a la presidencia de la COP. Luego, la solicitud se envía a la Secretaría de Cambio Climático de la ONU para su aprobación. Si se respeta esta rotación, aún sucede que el país anfitrión decide organizar la COP en una ciudad fuera de su territorio.
Este fue el caso de la COP25, originalmente programada para diciembre de 2019 en Chile, pero cancelada luego de que estallara un gran movimiento social. Por lo tanto, los Estados finalmente se reunieron en Madrid. Unos años antes, en 2016, las Islas Fiji presidieron la COP23. Sin embargo, por razones logísticas y financieras, el evento se llevó a cabo en Bonn, Alemania. Hay que decir que organizar una reunión de este tipo es caro. En 2015, durante la COP21 de París, la factura ascendió a 187 millones de euros.
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