La detención de Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, y siete colaboradores -tres sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y un videógrafo- a las 3 de la madrugada del 19 de agosto desató una ola de indignación internacional.
La Policía Nacional, que desde el 4 de agosto tenía cercada la diócesis donde se encontraba el obispo Álvarez y sus asociados, intervino “con fuerza” por órdenes del presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Ante la escalada de represión contra la Iglesia Católica en Nicaragua, el Papa Francisco habló con retraso y moderación. “Sigo con preocupación y tristeza la situación de Nicaragua”, dijo durante el Ángelus del 21 de agosto de 2022. El Sumo Sacerdote también deseó que “a través de un diálogo abierto y sincero, se establezcan las bases para una convivencia respetuosa y pacífica aún ser encontrado”.
El cardenal arzobispo de Managua, monseñor Leopoldo Brenes, dijo en un comunicado que el obispo Álvarez se encuentra recluido en una residencia familiar donde podrá recibirlo, señalando que “su estado físico se ha deteriorado” pero que su “espíritu y su moral son fuertes”. Sus cómplices se encuentran en el Reclusorio Político El Chipote de Managua.
El día anterior, el 17 de agosto, 26 exjefes de Estado y de Gobierno de España y América Latina habían hecho un llamamiento al hasta ahora silencioso papa Francisco para que “tome con decisión la defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa”. Acusó a Daniel Ortega de “dictadura primitiva”, dijo AFP a AFP.
Entre los firmantes indica el 19 de agosto La Nuova Bussola Quotidianaentre ellos José María Aznar (España), Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera y Eduardo Frei (Chile), Laura Chinchilla (Costa Rica), Álvaro Uribe (Colombia).
“La dictadura Ortega-Murillo quiere destruir las raíces culturales y espirituales del pueblo nicaragüense, dejándolos anónimos y presa fácil de la dominación. El documento, titulado Comunicado sobre el régimen Ortega-Murillo y la persecución recrudecida a la libertad religiosa en Nicaraguafue circulado por los medios latinoamericanos el 17 de agosto y fue enviado oficialmente al Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, el jueves 18 de agosto.
¿Precaución o simpatía?
Riccardo Cascioli, director de, comentó sobre la desconcertante renuencia del Papa La Nuova Bussola Quotidiana, escribió el 22 de agosto: “Las palabras pronunciadas ayer por el Papa en el Ángelus sobre la situación en Nicaragua, las primeras en cuatro años de persecución, son gravemente inadecuadas y coherentes con su actitud hacia todos los regímenes comunistas, no solo latinoamericanos. »
Riccardo Cascioli destaca “la falta total de mención a la reciente escalada dramática con el secuestro por parte del régimen de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, el 19 de agosto”. Agrega que “tampoco se menciona el contexto, a saber, el de una severa persecución contra la Iglesia, que se prolonga de esta forma al menos desde 2018”.
Y recordar todos los hechos explícitos de esta persecución de la Iglesia Católica por parte del gobierno existente. Por eso es inevitable hacer preguntas, prosigue, afirmando que “no se puede dejar de notar que el Papa Francisco tiene una marcada simpatía por los regímenes comunistas, especialmente por los latinoamericanos, lo que lleva a justificarlo prácticamente todo e incluso a apoyarlos”.
Un diálogo de sordos…
La convicción del Papa Francisco de que el diálogo puede superar todas las situaciones parece muy fuerte. Esta actitud también es evidente en China, Rusia y Ucrania. “El verdadero problema, explica Riccardo Cascioli, no es la simpatía o la armonía con una u otra ideología política, sino el hecho de que la política no creen se convierte en el criterio para la intervención de la Santa Sede.
“Y que tomar partido en la lucha por los principios del mundo es el modo de estar presente de la Iglesia. Cuando el criterio se convierte en una oportunidad política, incluso eclesial, la iglesia pierde su identidad y su capacidad de señalar el camino de la salvación, que es de todos modos su única tarea real. »
Y finalmente: “Es más que legítimo reclamar medidas adecuadas a la situación de Nicaragua, pero es aún más importante preguntarse por la verdadera misión de la Iglesia, que se eleva por encima de los gobernantes de este mundo. »
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