La crisis ha acelerado el cambio en las empresas a todos los niveles. Entre la flexibilidad laboral, la búsqueda del bienestar personal y profesional, el trabajo más desafiante… las nuevas generaciones tienen la palabra.
A todos los niveles, la crisis sanitaria habrá cambiado las mentalidades, pero también las organizaciones de trabajo. Generalización del teletrabajo y la telegestión, digitalización acelerada de procesos, aceleración de los procesos de toma de decisiones, reciclaje de profesiones, gestión generacional…, la crisis ha supuesto una aceleración de los cambios en las empresas. Se asienta en las empresas más ágiles de la actualidad, instando a otras a reinventarse a riesgo de desaparecer. Las consecuencias de esta crisis están obligando a las empresas a reinventar los modelos existentes en materia de personas, liderazgo y organización. La función de recursos humanos se enfrenta a nuevos desafíos más que nunca.
Esta “nueva normalidad” o la “nueva normalidad”, como la suelen denominar los profesionales de la gestión, ha creado, por tanto, nuevas expectativas, especialmente entre las nuevas generaciones: entre la flexibilidad laboral, la búsqueda del bienestar personal y profesional, el trabajo más exigente ….
Las nuevas generaciones tienen criterios muy específicos sobre dónde quieren trabajar y, lo que es más importante, con qué tipo de líderes quieren asociarse en términos de valores y ambiciones.
Las empresas tienen que trabajar en su razón de ser para conciliar mejor su destino con el de sus empleados
Por eso, las empresas tienen que trabajar en su razón de ser para establecer mejor su destino con sus clientes y, sobre todo, con sus empleados. Ya no basta con dar buenos salarios, las nuevas generaciones valoran mucho más el sentido que le dan a su vida y trabajo. La gestión vertical vive sus momentos finales para aquellas organizaciones que aspiran a ser las campeonas del mañana.
En resumen, los negocios del mañana serán un espacio donde la innovación, la flexibilidad y la colaboración se combinen con una cultura centrada en las personas. Finalmente, recordemos que hoy es el talento el que elige a la empresa y no al revés.
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