Apenas instalado, el gobierno de Gabriel Boric tuvo que apagar las ascuas de una polémica. El viernes 11 de marzo, día de la toma de posesión del nuevo presidente de Chile, un comunicado de prensa de los jesuitas del país dio a conocer que uno de ellos, el padre Felipe Berrios, había sido contactado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo para hacerlo. “Liderar un nuevo programa nacional de trabajo en barrios marginales de Chile”.
Dirigido a todos los jesuitas de Chile e inicialmente de circulación interna, el texto fue recogido en redes sociales y en la prensa chilena, difundiéndose así el nombramiento del sacerdote jesuita.
Esta decisión generó rápidamente muchas críticas, mientras que el padre Felipe Berrios es conocido por su compromiso de brindar acceso a una vivienda digna para todas las comunidades. Fundador de la asociación “Un Techo par Chile” (“Un techo para mi país”), que se convirtió en “Techo” en 2011, vive desde que regresó a La Chimba, uno de los barrios más pobres del país con refugiados en África. de su misión en 2010 y 2014.
La Iglesia chilena desacreditada
Pero no es la experiencia del sacerdote en lo que se centran los críticos. “Las razones son más profundasanaliza Marcial Sánchez Gaete, historiador chileno, especialista en la Iglesia. Los casos de abuso sexual por parte de funcionarios han marginado a la Iglesia católica chilena, que ha perdido su antigua credibilidad. »Casos de abusos conocidos desde hace varios años, pero la visita del Papa Francisco a Chile en 2018 sacó a la luz el sistema de ofuscación de la institución.
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Entre los jesuitas, participaron una docena de religiosos, entre ellos Renato Poblete, un sacerdote muy respetado en Chile hasta entonces. Felipe Berrios es jesuita desde hace más de cuarenta años. “Muchas voces se alzaron diciendo que él podría haber sabido y no dijo nada o no hizo nada”. destaca Marcial Sánchez Gaete. Aunque Felipe es Berrios “conocido como un crítico interno de la iglesia”, es el mero hecho de ser sacerdote lo que suscita controversia, un “El personaje ha perdido prestigio y respeto”.
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cuando el vino “El mismo Francisco acusó al clero chileno de haber instalado una cultura de la conciencia, del poder y del abuso sexual, explica el especialista de la Iglesia en Chile. Esas palabras marcaron un antes y un después. » Un después que se materializa por “Iglesias siempre vacías”. “Mientras todos los cómplices, activos o pasivos, sigan siendo parte de la Iglesia, ésta seguirá muriendo en Chile. »
Cita rechazada rápidamente
Así que el sábado 12 de marzo, al día siguiente del anuncio del padre Berríos, el gobierno tuvo que declararse. Preguntado por el diario La Tercerasugirió el nuevo ministro de Vivienda, Carlos Montes “La idea está en construcción y que sería un equipo supraministerial que se discutiría y sería liderado por él”.por lo que se califica un nombramiento oficial.
El domingo 13 de marzo le corresponde al presidente Gabriel Boric precisar en el plató de CNN Chile, “que el ministro Montes había invitado a Felipe Berrios a una comisión asesora en el tema de barrios marginales”, insistir en que el sacerdote “No es parte del gobierno”. Gabriel Boric dice que tiene “Dada la preocupación de que (esta informacion) desencadenada en víctimas de abuso sexual”.
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En medio de la confusión, el padre Felipe Berrios aclaró la situación en un comunicado de prensa del lunes 14 de marzo. Si certifica que ha recibido una invitación del Ministerio “Participación en un grupo de asesoramiento”él niega “Soporte de función ejecutiva como se informó erróneamente en las últimas horas”. Lamentó que la carta interna de los jesuitas se haya publicado antes de cualquier discusión. “cómo hacer realidad esta colaboración”. El párroco anuncia que ha declinado la invitación en vista de este “Esta situación inesperada”.
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