El presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció el sábado que prepara un proyecto para modificar la Constitución promulgada bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), una exigencia de los manifestantes que protestan desde hace tres semanas contra las políticas gubernamentales.
“Creo que las enmiendas constitucionales son legítimas y las discutiremos. Por eso, estamos preparando un proyecto para reformar la Constitución”, dijo el presidente en una entrevista publicada por el diario El Mercurio.
Los cambios previstos incluyen “una mejor definición de los derechos humanos y las modalidades para hacer cumplir” esos derechos. Los cambios previstos también aclaran “los deberes del Estado” y crean “mejores mecanismos de participación ciudadana”, añadió el presidente.
Unos días después de que Piñera asumiera el cargo en marzo de 2018, su gobierno anunció que no permitiría la consideración de un proyecto de ley que la expresidenta, la socialista Michelle Bachelet (2014-2018), había presentado al Congreso para modificar la Constitución. El proyecto consagró la inviolabilidad de los derechos humanos, el derecho a la salud y la educación y la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Luego de tres semanas de manifestaciones masivas en las que perdieron la vida 20 personas, el jefe de Estado declaró que el proyecto actual debe discutirse simultáneamente con el de la expresidenta Bachelet y otras posibles propuestas.
Desde el inicio del movimiento de ira social desatado por el aumento de los precios de los billetes de metro el 18 de octubre, los manifestantes han denunciado las desigualdades sociales en educación, sanidad y pensiones. Pero también hubo voces que pidieron una asamblea constituyente para cambiar la constitución.
Desde la dictadura, la Constitución ha sufrido más de 200 cambios en más de 40 artículos, recordó el presidente. Los cambios deben ser sujetos a debate en el Congreso, único organismo encargado de validarlos.
Al igual que en las marchas organizadas a través de las redes sociales, los ciudadanos se reunieron en los ayuntamientos para debatir las disposiciones de la futura constitución. En la gran mayoría de los municipios del país, a principios de diciembre se organizan referendos locales sobre esta cuestión.
El sábado continuaron las marchas de protesta en la capital en medio de un intenso calor, aunque fueron menos numerosas y más tranquilas que el día anterior.
En el elegante barrio de Las Condes, familias marcharon bajo banderas chilenas y mapuches -la minoría indígena más grande del país- y corearon el lema de protesta social: “Chile desperto”.
En el barrio de Providencia, la policía utilizó gases lacrimógenos para hacer retroceder a decenas de manifestantes que protestaban por las graves heridas sufridas por un joven que recibió un disparo en el ojo durante los disturbios.
Moteros rugieron con sus bicicletas frente al palacio presidencial en La Moneda, mientras se registraron enfrentamientos aislados en Plaza Italia, epicentro de las protestas.
Según el Ministerio del Interior, 400 personas fueron detenidas y más de un centenar de heridos -civiles y policías- el viernes, la mayoría en Providencia y Plaza Italia, donde se habían concentrado 75.000 personas.
“Experto en café. Orgulloso fanático de los viajes. Pionero de las redes sociales. Ninja de la cultura pop. Fanático de los zombis. Experto en cerveza profesional”.