Mientras lidia con la cuestión existencial de encontrar el tono perfecto para volver a pintar su casa de campo cerca de un crepúsculo veneciano, una plebeya, Carmen, la esposa de un cirujano, sin realmente prestar atención, escucha los gritos distantes de una mujer. Estamos en el Chile de Pinochet 1976 porque así se titula la película, y bajo su dictadura los secuestros y los abusos son moneda corriente.
Una documentación: “Mi país imaginario”, el sueño de un Chile más justo e igualitario
Carmen deja Santiago para supervisar la renovación de su villa frente al mar. Ella vela por un joven herido, Elias, a quien esconde en su parroquia. Este es un luchador de la resistencia que lucha contra el sangriento régimen del General Pinochet. En contacto con él, sin decirlo, Carmen se irá anclando poco a poco en la realidad de su país.
puesta en escena pictórica
Para su primer largometraje, la joven Manuela Martelli se sumerge directamente en las horas más oscuras de Chile. Partiendo del carácter misterioso de su abuela materna, que se suicidó antes de que ella naciera, desarrolló el bellísimo carácter de Carmen. Mientras su país está en problemas, su comodidad se ve desafiada por su encuentro con Elijah, que llegará como una revelación.
Lo interesante de la película es la forma en que todo está implícito y no demostrado. A Manuela Martelli le interesan más los pequeños detalles que los grandes discursos. Pero al mismo tiempo, su puesta en escena pictórica y la distancia que mantiene con Carmen, para no caer en un proceso de excesiva psicologización, dotan al relato de cierta frialdad. A veces tenemos la impresión de mirar un objeto hermoso a través de una ventana en lugar de experimentar la película.
1976de Manuela Martelli (Chile, 2022), con Aline Küppenheim, Nicolás Sepúlveda, Hugo Medina, Alejandro Goic, 1h35.
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